Wednesday, February 17, 2010

Rayuela Hacia el Centro-Presentacion en Barnes&Noble

Video Presentacion-Parte 1
http://www.youtube.com/watch?v=fhMJjPPgzAw

Video Presentacion-Parte 2
http://www.youtube.com/watch?v=MUWf6K9fU0Q


Barnes & Noble y LART (Latino Artists Round Table)

Presentan / Present
Lectura y Conversación con/ Reading and Conversation with
Nicolás E. Linares S. (Colombia) y Patricia Rios (Chile)

viernes, 19 de febrero, 2010, 7:00PM / Friday, February 19th, 2010. 7:00 PM

Barnes & Noble Lincoln Triangle
1972 Broadway (at 66th Street)
NYC


RAYUELA HACIA EL CENTRO
En tiempos de encrucijada y cambio vertiginoso como los que hoy vivimos, el ser humano opta por buscar respuestas y certezas en su propia experiencia; busca en su conciencia, en sus más profundas aspiraciones y hasta entre los sueños olvidados, claves que le lleven a reencontrar la senda de su trayecto de evolución en este mundo. Las páginas de Rayuela Hacia el Centro recopilan la búsqueda, con sus fracasos y aciertos, de una mujer de estos tiempos de encrucijada y vertiginoso cambio.


PATRICIA RIOS
Nacida en Chile, radica en Nueva York desde 1978. Antes de dedicarse a la escritura Patricia estudió Artes Plásticas, Danza Contemporánea, Teatro Coral y Pantomima en Chile y EEUU. Comenzó a escribir poesía en 1999, pronto incorporó la narrativa e incursionó en el guión cinematográfico. Integra desde el 2001 el Grupo Antoja de artistas, músicos y escritores humanistas, con quienes edita en Argentina un poemario titulado Hoy Atravesaré Muros, en el 2005. Ha participado en numerosos eventos literarios y ha organizado eventos poéticos junto a otros escritores, aquí y en el extranjero. Actualmente experimenta con un género de literatura que surge de la experiencia de búsqueda -desde los distintos niveles de conciencia- del sentido de la vida y la posible trascendencia. Su presente escrito, Rayuela Hacia el Centro, da cuenta de este experimentar y se basa en la enseñanza de Silo, el pensador y guía espiritual sudamericano (http://www.silo.net/).


Latino Artists Round Table (LART) www.lartny.org
Es una organización cultural sin fines de lucro con sede en Nueva York. Hemos fundado dicha organización, cuyo propósito principal es el de promover la cultura latina en los Estados Unidos y facilitar el encuentro entre artistas y escritores residentes en Estados Unidos, América Latina, el Caribe y España. Al hablar de la "cultura latina" lo hacemos en un sentido global y más preciso de la palabra, que permite abarcar las expresiones culturales de los países mencionados, y no en el sentido más limitado de los grupos de latinos que viven en los Estados Unidos. En la organización de los eventos se dará especial atención, aunque no exclusiva, a las manifestaciones artísticas que por motivos de clase o prejuicio han sido marginadas, como es la literatura cuyos temas y estilo reflejan las vivencias y la forma expresiva de los grupos tradicionalmente excluidos. La singularidad de LART radica en la conciencia de sus miembros de que es necesario trabajar por la unidad del mundo latino, independientemente de nuestro origen nacional, racial y de clase social, de nuestra orientación sexual y de la lengua que utilizamos para expresar nuestra creatividad.Los latinos somos el grupo étnico mayoritario en Nueva York. El trabajo de Latino Artists Round Table está encaminado a contribuir a que nuestra presencia cultural sea tan fuerte como la física.

Monday, April 13, 2009

Título: RAYUELA HACIA EL CENTRO

Autora: Patricia Ríos

Descripción: En tiempos de encrucijada y cambio vertiginoso, el ser humano opta por buscar respuestas en su propia experiencia; busca en su conciencia, en sus más profundas aspiraciones y en los sueños olvidados, claves que le lleven a reencontrar la senda de su trayecto de evolución en este mundo. Estas páginas recopilan la búsqueda de una mujer de estos tiempos de encrucijada y vertiginoso cambio.


Copyright: Patricia Rios 2008


Disponible: Lulu.com - Amazon.com - Barnes & Noble.com


Precio: US$16.50

Los fondos son donados a la Marcha Mundial por la Paz y la No Violencia (2 de Octubre, 2009 - 2 de Enero, 2010)

Thursday, September 25, 2008

Carta Abierta -Bolivia- Open Letter


Saludos de los miembros de la Comunidad del Mensaje de Silo en Nueva York.

Hoy nos toca manifestar nuestra solidaridad a ti pueblo boliviano -hermano de ideales, hermano de sueños. Hermanos latinoamericanos, que mañana serán hermanos africanos, hermanos asiáticos, europeos, y hermanos de lugares insospechados -porque los vientos de la metodología de la paz y la no violencia activa están comenzando a soplar fuerte.

Hermanos bolivianos, ustedes han elegido la senda de la no violencia para hacer el recorrido desde sus aspiraciones y sueños más preciados, hasta aquella realidad intuida -una realidad nueva, bella y querida, no solo para ustedes sino para la humanidad entera.

Está claro, Bolivia que eres un pueblo digno y generoso que no desea lograr su cometido a costa del sufrimiento de nadie, como tantas veces se hizo contigo. Sin embargo eres también un pueblo que tiene la conciencia cabal de que puedes y debes manifestar tu sensibilidad, tu espiritualidad y tu óptica en el mundo y que puedes y debes buscar la felicidad, como pueblo y -ante todo- como miembro de la raza humana.

Así pues, no es mucho lo que podemos decirte Bolivia, que todavía no sepas, solo agradecerte por engrosar manifiestamente las filas de quienes atienden en lo profundo de su corazón y en las alturas de su conciencia a aquella sabiduría que apunta hacia la verdadera liberación, la que no queda en deudas con nadie -y decirte que no estas sola, que este es un sentimiento que se va manifestando en forma cada vez más diversa, a lo ancho y largo del planeta, porque el momento de hacerlo es ahora.

El ser humano del futuro sabrá que la no violencia es la forma de vivir y de actuar hacia los demás gracias a ejemplos como el que hoy nos das, pueblo boliviano.

¡Pedimos entonces para todos ustedes Paz, Fuerza y Alegría inconmovible!


La Comunidad del Mensaje de Silo en Nueva York



silo.net

silosmessage-ny.net

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Greetings from the members of the Community of Silo’s Message in New York.

Today we must manifest our solidarity with you the people of Bolivia –sisters and brothers who share our ideals and our dreams. Our Latin American kin, who tomorrow will be our African kin, our Asian kin, our European kin, our kin in unexpected regions – because the winds of the methodology of peace and active nonviolence are beginning to blow strongly.

Brothers and sisters of Bolivia, you have chosen the path of nonviolence, to make the journey from your most precious aspirations and dreams to that intuited reality – a new, beautiful and beloved reality, not only for yourselves, but for all humanity.

It is clear, Bolivia, that you are a dignified and generous people who do not wish to achieve their goals at the cost of suffering for anyone, as was so often done to you. Yet you are also a people who are fully conscious that you can and must manifest your sensitivity, your spirituality, your point of view in the world, and that you can and must seek happiness as a people and – above all – as members of the human race.

There is not much that we can say to you, Bolivia, that you don’t already know. We can only thank you for manifestly swelling the ranks of those who attend, in the depths of their heart and in the heights of their consciousness, to that wisdom that points toward true liberation -that liberation which has no debts to anyone. And we can tell you that you are not alone, that this is a sentiment that will continue to manifest with greater and greater diversity, all across the length and breadth of this planet because the time has come.

The human being of the future will know that nonviolence is the way to live and to act toward others, thanks to the example that you are giving us today, people of Bolivia.

And so for all of you, we ask for unyielding Peace, Force and Joy!


The Community of Silo’s Message in New York


silo.net

silosmessage-ny.net



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Wednesday, April 30, 2008

San Rafael, CA, 4/30/2008



Outside, at the parking lot, fierce beasts of transportation gleam while resting/digesting four dollars per gallon fuel -almost immersed in the landscape of gently rolling, soft light green hills, embroidered with pompon like trees of a deeper shade.

The crow awaits, sneaky, for a piece of sandwich, carelessly dropped into a hopefully lidless trash can.

I watch -seating on an immaculate bench, surrounded by white flowers, resting my back on a sign that forbids smoking, smoking.

The sun watches and does not care.

Further on, the highway lays flat as it is run over by a recently rested/digested, endless stream of gleaming, fuel devouring cars, at a uniformly high speed.

The sun watches and it does not care.

Friday, January 4, 2008

Torre de Babel (no apto para el políticamente correcto)

El miércoles hizo frío en Nueva York pero el jueves hizo más. Cuando desperté habían unos 10 grados centígrados bajo cero -lo escuché en el radio mientras pedía entresueños que el día me brindara la oportunidad de... bueno, ya no me acuerdo. El resto del día estuve de buen talante, con mi deseo muy presente y con buena y abundante energía. A la hora de almuerzo salí del trabajo a comer y caminar eligiendo las calles más soleadas -y al andar abrigada con botas de caña alta, abrigo relleno de plumas y capucha bordeada de piel sintética, no sentí frío. Disfruté del aire frígido y de la clara luz del sol invernal. Todo estuvo muy bien excepto que al ir de vuelta y sin querer, le di un leve puntapié en el talón a una mujer que se me cruzó en el camino y que se viró como un trompo clavándome un par de ojos asesinos cuando le pedí disculpas.
A la hora de salida la temperatura ya estaba tan baja como en la mañana y además corría viento. Ahora sentía frío. Caminé hasta la estación del metro a paso apretado y concentrado. El tren llegó pronto. Entré al vagón que todavía no iba muy lleno, ubiqué un poste vertical de donde sujetarme -mejor que las barras que penden del techo porque me quedan muy altas y me cansan el brazo- y de ahí me sujeté. Después de unos minutos de una suerte de hibernación, ocupada de las sensaciones del cuerpo, comencé a abrirme a mis alrededores. El vagón ya iba más lleno. Sentado al frente mío iba un hombre que hablaba con una mujer ubicada a mis espaldas, al otro lado del pasillo. No puse mucha atención pero creo que protestaban sobre la falta de respeto y de la insolencia de la gente. De pronto, después de un silencio, el hombre me mira y me habla.

-¿No siente remordimiento? Me pregunta.

-¿Remordimiento?- Repito, comenzando a sentir remordimiento mientras mi mente vuela buscando y cotejando en mi memoria acontecimientos que alimenten el sentimiento.

-¿No siente remordimiento por lo que ha hecho? Insiste.

-¿A qué se refiere? Pregunto aún sin lograr decidirme por un evento en particular.

-¡A Ud. no le importó pararse al medio y no dejarnos conversar más! ¡Ni siquiera pidió permiso!

-Pero señor, me paré donde pudiera sujetarme... además... estamos en el tren (y no en el salón de su casa) Esto lo pienso pero no lo digo, comenzando a hacerme conciente del tremendo malentendido que se ha producido.
-Sus modos son los modos del demonio. ¡Ud. es el demonio! Estoy a punto de reír pero me freno temiendo que efectivamente pueda ser el demonio riendo por mi boca.

-Lo que pasa es que Uds. están acostumbrados a no respetarnos. Creen que nos conocen pero no saben nada de nosotros. El hombre insiste, cada vez más exaltado.

-Señor- respondo, ahora comenzando a sentirme también exaltada e insultada por habérseme comparado con el demonio. -Estamos en la hora punta y no es razonable esperar que... Trato de terminar el discurso pero el hombre no me escucha.

-¡Hablan como si nos conocieran y nunca han estado en África...! Agrega este.

¡En África! Pienso ahora y casi, casi me río. ¡Acabo de pisotearle el corazón a África! Y yo que creía que iba en el metro de Nueva York…tratando de sujetarme de un poste que no me canse los brazos. Los brazos se me cansan rápido desde que tuve meningitis. Casi menciono esto para tratar de aplacar al hombre, pero no lo hago. Me siento aguijoneada en el amor propio y no quiero hablar de mi historial médico en público -demás, el hombre no está interesado en lo que yo tenga que decir. Lo nuestro no es un diálogo, es una catarsis unilateral. Habiendo notado mi acento extranjero el hombre ahora agrega que los judíos somos la peor basura que existe en Nueva York. Bueno, ya me han preguntado antes si vengo de Israel... pienso.

-Señor, si quiere que me mueva, dígamelo- Respondo, pero me siento clavada al piso y la verdad es que si él me pide que me mueva no sabré donde ponerme. Me siento cada vez más incómoda. Al lado del hombre viajan dos mujeres también negras de mediana edad que alientan al hombre con sonrisas veladas. El resto de los pasajeros van cabizbajos, o mirando de soslayo al hombre fornido que me reta y a mí. Me siento humillada.

-Ud. está enrabiado....- Comento, casi más para mí que para él, mientras siento que la adrenalina me comienza a hacer flaquear las piernas.

-¡Claro que tengo rabia! Toda mi gente tiene rabia... ¡Siempre vamos a tener rabia!- Las señoras a su lado comienzan a sentirse incómodas pero guardan un silencio cargado de indulgencia. Yo, sujeta al poste pienso que maldita sea la culpa que tengo yo de la rabia de ese hombre y la de su gente.

-¿Qué le parecería que nosotros fuéramos a Europa a violarla por el culo, o a partirle la panza y arrancarle el bebé que lleva dentro?- Pregunta ahora, sospechando que no soy israelí sino que probablemente italiana.

-¿No le daría rabia? ¡Dígame!

-Me daría mucha pena... Respondo después de unos segundos, mientras pasan por mi mente las vejaciones de mi vida y reconozco que más de una vez he sentido que el mundo entero es responsable y que toda la gente me debe algo. Recuerdo las veces que he sido objeto de discriminación -aquí, por que soy extranjera, allá porque pienso distinto, acullá porque soy mujer. En fin. La autocompasión comienza a atenazarme pero le salen al paso la dignidad y la rebeldía. En mi interior hay una pugna. Siento miedo pero me niego a exteriorizarlo. Al mismo tiempo me veo como una enana ridícula con acento extranjero -qué se yo, un perro chihuahua, encapuchado y agarrado a un poste. ¿Y si fuera cierto que soy una egoísta que piensa solo en su propio bienestar? ¿Pensarán eso el resto de los pasajeros? ¡Pero que diablos! Ni él eligió nacer negro en los Estados Unidos, ni yo elegí nacer mujer, de otra raza y de otro país. ¡Carajo, si él y yo ni siquiera elegimos nacer! Aspiro una bocanada de aire y me preparo para el próximo embate. Al lado del hombre, las señoras han bajado la cabeza como el resto de los viajantes.

-¿Pena? Yo prefiero tener rabia... ¡Me gusta tener rabia! ¡Y me voy a asegurar que mis hijos también tengan rabia!

¡Claro! ¡Felicitaciones! ¡Regia solución! Pienso, con cara inexpresiva. Esto es más que surrealista, es ridículo. Esto es demasiado. Comienzo a tomar distancia de lo que ocurre. Me observo observando. El hombre es menor que yo y es fuerte. Tiene bonitos ojos, pero veo en ellos tristeza detrás de la ira y más detrás aún, un fuerte clamor por salir de la trampa en la que tal vez sospeche que ha caído. Comprendo que sufre, encerrado como está en su violenta atmósfera interna. Él no sabe de mis sufrimientos y yo no sé de los suyos.

Pero sigue vociferando -ahora habiendo adivinado mi procedencia- sobre los hispanos, que somos mejor tratados que ellos y que venimos a quitarle los trabajos. Pienso, todavía con un dejo de sarcasmo, que a menos que el hombre domine el castellano no le puedo haber quitado el trabajo porque soy intérprete, pero esto tampoco lo digo. Noto que el hombre ya se ha desahogado y comienza a callar. En los próximos días y semanas, nuevamente acumulará tensión y luego explotará, quién sabe con quien -en una sucesión mecánica que tal vez dure toda su vida. El hombre se ve cansado.

-Mejor que me calle para no pararme y golpearla- Concluye, ya con más tristeza que rabia, en un último intento de amedrentarme.

-Así es. Ud. me podría derribar de un solo golpe- Respondo con sinceridad, casi saboreando su tristeza.

Se produce un silencio insondable entre nosotros. El tren ahora va casi colmado. Un recién llegado incauto se ha parado bloqueándonos parcialmente y con esto finaliza el drama. Dos paradas después he de bajarme y le contaré el incidente a mi familia a la hora de la cena. Uno de mis hijos me dirá que aunque no merezco haber sido tratada así, él ve que a veces soy muy distraída y que debo despertar.
Despertar… Despertar... despertar. Ahora recuerdo, eso es lo que he pedido ayer en la mañana.
Patricia Ríos